El mismo día 8 de abril, tras cruzar la ría de Bilbao en el
emblemático transbordador del Puente colgante de Bizkaia, llegué al corazón
Portugalete, una villa noble con identidad propia, cargado de historia y
significado. Aquí nació y vivió su infancia José Félix Merladet, figura
destacada del rotarismo vasco, y aquí mismo se ubica el Rotary Club de
Portugalete, que hoy lleva su nombre y está conformado por 15 miembros.
Este club fue fundado por el propio José Félix junto a
varios rotarios que, en su momento, decidieron emprender un nuevo camino,
separándose del club de Getxo. Aunque físicamente los separa la ría, ambos
clubes están profundamente unidos por los valores y el compromiso rotario de
servir a la comunidad.
Tuve el privilegio de compartir con ellos una comida
entrañable, repleta de conversaciones enriquecedoras y compañerismo genuino.
Entre los asistentes, pude contar con la presencia del presidente del club, Francisco
de Borja Iriarte; el presidente electo, Mario Martínez de Brutón, Elena Urigüen,
Andoni Pastor y Enrique de Aresti todos ellos miembros comprometidos y
entusiastas. Los demás no pudieron asistir por causas justificadas. Todos
mostraron una calidez admirable, orgullo por su club y una sincera alegría por
compartir.
Durante la comida, además, tuvimos la grata sorpresa de
encontrarnos con la alcaldesa de Portugalete, M José Blanco quien se acercó a
saludarnos, generando un interesante diálogo sobre la vida social y el impacto
del club en la ciudad.
Entre los temas destacados que se trataron, fue una revisión
de todos los proyectos realizados hasta ahora y la próxima celebración del décimo
aniversario del club, programada para el 25 de mayo. Asimismo, se habló con
entusiasmo del proyecto de erigir una rueda rotaria —un monumento emblemático
que represente la presencia y acción de Rotary en Portugalete—, posiblemente en
una rambla cercana a la Plaza Mayor, junto al Ayuntamiento y la ría. Este
sueño, muy presente en el corazón de José Félix, representa el deseo del club
de dejar una huella visible y perdurable en su comunidad.
La jornada finalizó con un paseo junto a la ría, con Andoni
y Felix, respirando la historia de la ciudad, su belleza y el compromiso de sus
rotarios. Antes de despedirme, volví a cruzar el puente transbordador para
regresar a Getxo y recoger el coche. Mirando esa ría imponente, no pude evitar
pensar en lo simbólico de ese cruce: puentes que unen orillas, personas, ideas,
ilusiones.
Que este puente siga siendo eso: un lazo entre amigos, entre
clubes, entre proyectos compartidos que cambian vidas y transforman entornos.
Porque, al final, eso es Rotary: sueños, servicio, comunidad… y momentos
mágicos como los vividos hoy en Portugalete.
Montse Moral
Gobernadora 2024-2025
Distrito 2202