Jóvenes del Programa de Intercambios exploran la Laguna de Gallocanta en una experiencia única de aprendizaje y convivencia

martes, 4 de marzo de 2025

Daniel Provedo. Pte. Comité Distrital de Juventud

Dentro del programa de intercambios, los pasados días del 21 al 23 de febrero se llevó a cabo una enriquecedora actividad de fin de semana en la Laguna de Gallocanta y su entorno, un enclave natural de gran valor ecológico y paisajístico. Durante la visita, los 18 participantes han tenido la oportunidad de conocer en profundidad este ecosistema único a través de diversas paradas estratégicas.

El recorrido comenzó en el Centro de Interpretación de la laguna, donde se explicó la importancia de este humedal como refugio de miles de aves migratorias, especialmente las grullas. A continuación, se visitó el observatorio del Cañizar, que ofrece una vista privilegiada para la observación de aves en su hábitat natural.

También se exploraron lugares de interés histórico y cultural, como el imponente castillo de Berrueco y el Museo de Aves de Gallocanta, donde los jóvenes pudieron aprender sobre la diversidad ornitológica de la zona. El itinerario continuó en Used, con la visita a una antigua nevera, testimonio del aprovechamiento tradicional del hielo en la región. Posteriormente, se recorrieron otros puntos clave del humedal, como la Laguna de La Zaida, el observatorio de la Reguera, el observatorio de los Ojos y el observatorio de los Aguaranes, cada uno con perspectivas distintas para la observación y el estudio del ecosistema.

El broche final de la jornada tuvo lugar en el entorno de la Ermita de Nuestra Señora del Buen Acuerdo, donde los asistentes pudieron presenciar un espectáculo natural de extraordinaria belleza: la llegada de las grullas a su dormidero al atardecer, un momento mágico que pone de manifiesto la importancia de la conservación de estos espacios naturales.

En la actividad participaron inbounds de Aragón, Navarra y Cataluña, quienes disfrutaron de una experiencia inolvidable de convivencia, aprendizaje y respeto por el medio ambiente.

Este enriquecedor encuentro fue posible gracias a la generosidad del Rotary Club de Zaragoza, que se encargó de los desplazamientos, la manutención y el alojamiento de los participantes en las casas de los rotarios, favoreciendo así una inmersión cultural y personal más profunda.

Actividades como esta no solo permiten a los jóvenes descubrir y valorar la riqueza natural de nuestro entorno, sino que también fomentan la conciencia ambiental, el compañerismo y la difusión de los valores de Rotary International, promoviendo la solidaridad y el entendimiento entre culturas.

Foto de grupo