La paz como utopía "casi imposible" en una sociedad que ya conoce la guerra, la violencia y la maldad. Es la conclusión de Cristina Ausocua, la ganadora del Concurso organizado por el Rotary Club de Huesca y cuyos premios han sido entregados en el tradicional acto del Día Escolar de la Paz y la No Violencia en el monumento donado a la ciudad por la propia organización. "La libertad, el respeto, la justicia y la comunicación" son los cuatro valores que ha proclamado, bajo la lluvia, la galardonada.
Mañana fría y pasada por agua en la que han estado presentes la alcaldesa, Lorena Orduna, el subdelegado del Gobierno, José Carlos Campo, la presidenta de la Comarca, Mónica Soler, el presidente de la SD Huesca, Agustín Lasaosa, y el director del Colegio Santa Ana, protagonista de este Día Internacional, Nicolás Becerra. Por los rotarios, junto al presidente, los gobernadores de distrito y de Tarragona junto a miembros de Zaragoza.
Tras la interpretación del himno de la paz por la Coral Osca Melódica, el rotario Santiago Alastuey ha recordado que a lo largo del año hay dos fechas internacionalmente para reivindicar la paz: el 21 de septiembre, que es el Día Internacional y el 30 de enero que es el de la Paz y la No Violencia. El Club Rotary de Huesca escogió este día para "reflexionar sobre la paz en el mundo escolar. La paz empieza con una sonrisa, decía la Madre Teresa de Calcuta.
PEQUEÑOS GESTOS
El presidente del Rotary Club de Huesca, José Luis González, ha explicado que este acontecimiento es una "oportunidad de reflexionar sobre la importancia de construir un ambiente escolar donde prevalezca el respeto, la comprensión y la armonía". Ha asegurado que la paz escolar no sólo es un ideal, "sino una necesidad fundamental para el desarrollo integral de cada uno de nosotros".
En este sentido, ha reivindicado que la escuela ha de ser un hogar para aprender "valores que nos acompañarán toda la vida y donde tenemos la oportunidad de convivir con personas de diferentes orígenes y perspectivas", ya que "esta diversidad enriquece nuestras experiencias y nos ayuda a crecer como individuos".
José Luis González ha abogado por responder a los conflictos y malentendidos manejándolos "con diálogo y empatía al practicar la escucha activa y el respeto por las opiniones ajenas", para sembrar "las semillas de una cultura de paz en nuestras aulas".
Ha sostenido que este Día Mundial es momento ideal para comprometerse con los pequeños gestos como unas palabras amables a los compañeros y la participación en actividades que promuevan la "ilusión y el respecto. Cada acción cuenta, porque cuando trabajamos juntos para fomentar un ambiente positivo creamos un espacio donde todos se sienten valorados y aceptados".
Ha interpelado a los educadores por su misión esencial de promover prácticas educativas inclusivas y brindar apoyo emocional. Salir de la escuela hacia el entorno permitirá participar también en actividades comunitarias. "Juntos, podemos construir un lugar en el que todos los estudiantes se sientan seguros para expresarse y compartir sus ideas. Cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia" con poder transformador. Ha recordado José Luis González el programa "Paz y resolución de conflictos" con becas para estudios de posgrado en universidades asociadas.
Y ha concluido que la paz no es sólo ausencia de conflictos, es una forma activa de vivir y "relacionarnos con los demás", por lo que ha reclamado compromiso para "trabajar juntos por un futuro donde cada rincón de nuestra escuela sea un refugio de paz y respeto".
Javier Biota, secretario del Rotary, ha leído el acta del concurso entre los estudiantes de 4º de ESO del Colegio Santa Ana. Jaime Casajús Castro ha obtenido el tercer premio por "Texto del día de la paz". Adrián Calvo Abardía ha sido el segundo por "La paz empieza por pequeños gestos pero cambia el mundo". Y la ganadora ha sido Cristina Ausocua Mur por "La paz, una utopía". Biota explicaba que el jurado había valorado "la claridad, presentación y originalidad de su exposición".
Eduardo Cuello, past-gobernador del Distrito 2202, ha entregado el tercer premio. Mónica Martínez, directora provincial de Educación, al segundo galardonado. Y la alcaldesa, Lorena Orduna, a la vencedora. Agustín Lasaosa ha entregado al director del Colegio, Nicolás Becerra, una camiseta del primer equipo de fútbol firmada por Jorge Pulido "para tener presente que el deporte une a los pueblos y fomenta la paz".
La vencedora ha leído la redacción, que reproducimos a pie de artículo íntegramente, en la que ha explicado en cuatro valores y conceptos: "La libertad, el respeto, la justicia y la comunicación". "Ser libre es poder decidir como quieres actuar, sin importar la presión u opinión de tu entorno, ser libre es poder decidir lo que quieres hacer, tus pasiones, ser libre es poder definir tu carácter en base a tus valores y creencias; ser libre, es ser tú mismo".
Eso sí, dentro de unos marcos legales, "la justicia además de ser cumplida debe ser comprendida". "Para que la justicia, fuera comprendida y cumplida, sería necesario un cambio de mentalidad, un cambio en la forma de educación, tanto en el colegio como en casa. Deberíamos ser educados desde la empatía, el respeto y la moralidad", ha agregado.
Ha incidido en el respeto: "Respetar es no discriminar por las cosas que nos diferencian, respetar es no juzgar sin conocer. Respetar es comprender la libertad de cada uno, y que hasta que eso no afecte a tu propia libertad, debes aceptar y asumir, y sobre todo, respetar, es tratar como te gustaría que te trataran".
Ha defendido la comunicación para ser seres racionales y sociales. Y ha concluido: "Si cumplimos estos cuatro fundamentos/valores/conceptos, la paz puede existir, pero eso es una utopía. Se necesitaría un cambio tan grande de mentalidad y forma de pensar, que es casi imposible de lograr".
La alcaldesa ha agradecido la participación de los alumnos y profesorado del Colegio Santa Ana. Ha elogiado la redacción ganadora por significar que "la paz parece una utopía cuando debiera ser una realidad. Yo soy de las personas que cree que con pequeñas acciones de cada uno de nosotros podemos llegar a esos momentos de paz y tenemos que educar a nuestras hijas, a nuestros hijos y a nuestros jóvenes en la no confrontación, en el compañerismo, en el esfuerzo y sobre todo en la libertad y el derecho de que cada uno se exprese con libertad, y siempre la de cada uno termina donde empieza la del otro".
Ha concluido con la máxima de Mahatma Gandhi: "No hay camino a la paz, sino que la paz es el camino".