CASTELLANO
Ayer, 19 de noviembre, tuve el honor de visitar el Rotary
Club de Terrassa, una entidad presidida este año por Santi Rius, con una
energía renovada y grandes retos por alcanzar. El encuentro marcó un momento
especial, puesto que tuvo lugar en la nueva sede del club, un espacio histórico
y acogedor de Terrassa. Este cambio de ubicación es un hito importante para el
club, simbolizando una nueva etapa llena de oportunidades y nuevos caminos.
Uno de los principales objetivos que Santi Rius compartió es
rejuvenecer el club. Con más de 30 años de historia, muchos de los miembros
fundadores todavía son activos, pero es momento de dar paso a nuevas
generaciones. La reunión de ayer fue un ejemplo perfecto de esta visión,
gracias a la presencia de dos invitadas destacadas: Marta Sánchez, presidenta
del Cercle Mont, y Ninna Torres, presidenta del Círculo Cecot de Jóvenes
Empresarios de Terrassa, con las que vimos compartir inquietudes y experiencias
que pusieron de manifiesto la sintonía entre sus entidades y el Rotary.
El encuentro fue una oportunidad única para explorar
posibles futuras colaboraciones. La invitación a formar parte del Rotary está
ya lanzada, y la esperanza es que, poco a poco, se establezcan vínculos sólidos
que permitan sumar fuerzas para objetivos comunes. Esta apertura hacia la
ciudad y hacia nuevas generaciones es uno de los grandes retos del Rotary Club
de Terrassa, y no cabe duda de que el espíritu de amistad y compañerismo que se
respira será el motor principal.
La cena también fue una ocasión para conocer la intensa
agenda de actividades del club hasta final de año. Pese a que el club sólo
celebra una sesión plenaria al mes, sus propuestas son diversas y frecuentes,
destacando actividades solidarias, culturales y de exploración de la
naturaleza, como la instalación del pesebre de Navidad en la Sierra de Obac.
Este dinamismo demuestra que el club no sólo se preocupa por fortalecer sus
vínculos internos, sino también por tener un impacto positivo en la comunidad.
Fue especialmente emocionante reencontrarme con antiguos
compañeros y amigos, con quienes compartí momentos memorables en mi etapa como
asistenta de gobernador y hacerlo con la compañía de M Antonia Campdepadrós, la
asistenta actual. El reencuentro con el Rotary Club de Terrassa fue un
auténtico placer y una experiencia enriquecedora que me reafirma en el valor
del movimiento rotario.
Finalmente, invité a todos los amigos del club a participar
en el congreso distrital del mes de mayo en Sant Cugat, donde esperamos bailar
juntos la sardana que Núria Escudé hizo componer especialmente para Rotary. Con
el empuje y la ilusión que percibí ayer, estoy convencida de que los miembros
del Rotary Club de Terrassa seguirán haciendo magia con cada acción que
emprenden.
Felicitaciones a la Junta ya todos los miembros del club por
el trabajo que están llevando a cabo. El futuro se presenta lleno de
posibilidades, y con esa determinación, seguro que alcanzarán todos sus
objetivos. ¡Adelante, Rotary!