IN MEMORIAM – ROBERT DUNNING
Rotario. Diplomático. Amigo.
El
pasado 6 de abril nos dejó nuestro querido compañero Robert Dunning, miembro del Rotary Club de
Roses-Empuriabrava, tras una etapa de enfermedad que afrontó con la serenidad y
dignidad que siempre lo caracterizaron. Falleció en la Clínica Delfos de
Barcelona, acompañado del amor de su familia, habiendo podido despedirse de sus
hijos, de su compañera Ellen y de sus familiares más cercanos.
Con
su partida, perdemos a un rotario ejemplar, a un hombre íntegro, elegante y
profundamente humano. Su compromiso con los valores de Rotary fue constante,
discreto y firme. Siempre dispuesto a colaborar, a escuchar, a tender una mano
sin esperar reconocimiento. Robert representó la esencia del servicio rotario:
la generosidad silenciosa, la entrega sincera, la voluntad de construir desde
el respeto y la empatía.
Diplomático
en Naciones Unidas, de trayectoria admirable, traía al club una visión amplia
del mundo, pero nunca perdió la cercanía ni la calidez. Era un hombre que
hablaba poco y decía mucho. Su presencia era sinónimo de calma, de equilibrio,
de sabiduría. En nuestras reuniones, su voz pausada y su mirada franca eran un
recordatorio de que se puede ser fuerte sin alzar la voz, brillante sin
ostentación, y solidario sin alardes.
La pérdida de Robert deja un vacío difícil de llenar. Fue un rotario ejemplar, un hombre íntegro, generoso y
profundamente comprometido con los valores del servicio. Su paso por nuestro
club estuvo marcado por la discreción, la elegancia y la constancia. Siempre
dispuesto a colaborar con una sonrisa serena, con una palabra amable, con ese
espíritu de entrega que solo poseen las almas verdaderamente grandes.
Nos
quedan su ejemplo y su memoria. Y nos queda, también, el vacío que deja su
ausencia. Echaremos de menos su sentido del humor, su sonrisa eterna, su mirada
comprensiva. Echaremos de menos al amigo, al compañero, al rotario. Pero sobre
todo, al ser humano que fue: noble, respetuoso, bondadoso.
Su
visión del mundo, forjada entre culturas diversas y conflictos complejos, se
traducía aquí, entre nosotros, en un profundo respeto por el otro, en una
capacidad inigualable para escuchar y comprender. Su trayectoria fue admirable,
pero más aún lo fue su humanidad.
En
nuestras reuniones, su presencia era sinónimo de serenidad y buen juicio. Nos
inspiraba con su experiencia, pero también con su humildad. Nunca buscó
protagonismo. Su ejemplo nos recordaba que servir no es imponer, sino
acompañar; que liderar no es hablar más fuerte, sino actuar con coherencia.
Desde
el club queremos acompañar en estos momentos de dolor a su querida Ellen y a sus hijos, a quienes extendemos todo
nuestro afecto y gratitud. Gracias por compartir con nosotros a Robert, por
permitirnos formar parte de su camino.
Su
luz seguirá presente en cada gesto de servicio, en cada acto de bondad
silenciosa, en cada encuentro rotario donde se celebre la amistad y el
compromiso.
Descansa en paz, Robert. Gracias por tanto.